domingo, 21 de enero de 2007

Zombies

Mi corazón es un zombi.
Un muerto viviente,
que deambula
sin rumbo y sin fin.

Mi mente es un zombi.
Un decrépito ser
que anda sin pensar,
que vive sin vivir.

Soy una zombi.
Una zombi de otoño
que sólo atina
a recoger las hojas,
que, como yo,
sólo se levantan del suelo
por voluntad del aire.

Todo mi cuerpo es un zombie.
Totalmente muerto en vida.
Por ti.

1 comentario:

bepasonico dijo...

Saludos
Pasando por aquí para saludar y pues creo que te pego grueso pero solo deja que el buen tiempo se encargue de dar vida a los zombies.